Leer libros sin abrirlos
La ciencia y la tecnología siguen aportando métodos de estudio para descubrir los secretos del pasado. Ahora investigadores británicos han presentado en el Festival de Ciencia que se realiza en York (Reino Unido) un método con el que pueden leer y estudiar los contenidos de libros antiguos sin necesidad de abrirlos. La técnica usa el Sincrotón de Diamante, una instalación del tamaño de cinco campos de fútbol, y se basa en el uso de potentes haces de rayos X que son capaces de observar átomos y moléculas.
El uso de este nuevo método no solo permite conocer lo que está escrito en un libro sin ser abierto sino que además es inocuo para este y, por lo tanto, el libro se preserva sin dañarlo.
Veamos en qué se basa y como funciona este método. Algunas de las tintas hechas con extractos vegetales y sales de hierro utilizadas en el siglo XII deterioran el pergamino utilizado, imposibilitando la lectura de documentos valiosos. El pergamino, hecho de delgadas fibras provenientes de la piel de vacas, ovejas o cabras, contienen colágeno, sustancia que reacciona ante la tinta de hierro convirtiéndose en gelatina. Cuando está seca es muy frágil y cuando se humedece se transforma en una especie de crema que destruye los documentos si se manipulan. Por esta razón los conservadores temen abrir estos libros.
La solución para saber el contenido escrito de estos libros viene ahora facilitada por los científicos de la Universidad de Cardiff que han desarrollado una técnica que utiliza poderosos rayos X y que, a su vez, generan una imagen tridimensional de los textos escritos con tinta de hierro tal y como si se tratase de una radiografía. A partir de aquí se utiliza un algoritmo informático para separar los datos que se reproducen en varias capas, y de esta manera emplean el programa informático para "desenrollar un rollo". El sistema es más efectivo, de hecho, en pergaminos enrollados. Anuque se está trabajando para que también se pueda aplicar este método a libros gruesos y planos. La técnica se ha probado con éxito en varios textos del siglo XVIII que nunca se han vuelto a abrir porque se quemaron en su día.
Uno de los objetivos de esta técnica es poder analizar en el futuro los manuscritos del Mar Muerto, muchas de cuyas partes aun no han sido estudiadas.
Más información (nota de prensa en inglés):
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