La historia de un libro impreso en Montilla
Nos agrada leer en el diario Córdoba de hoy un artículo escrito por el profesor Jose Luis Casas titulado El destino de un libro donde se narra la historia de una anécdota que le ocurrió a Manuel Ruíz Luque, fotógrafo y editor, bibliógrafo y bibliófilo nacido en Montilla (Córdoba) en 1935. Se trata de la manera en que llegó a sus manos un ejemplar rarísimo impreso en Montilla, del cúal Casas desgraciadamente no menciona ni título ni autor.
He aquí como lo cuenta Jose Luis Casas en su artículo:
"Corría el año 1975, Manolo sabía quién era el bibliófilo que poseía aquel libro, así que ni corto ni perezoso le escribió para manifestarle que estaba interesado en comprárselo. En la contestación, de la que poseo una copia, le respondía de manera elegante: "No constituye ningún atrevimiento en Vd. el preguntarme si quiero desprenderme de ese libro. No tengo intención de hacerlo porque supongo que ya Vd. sabe que soy bibliófilo desde hace muchos años, y con bastante predilección por las obras poéticas o de poesía", y más adelante le decía que quizás le podría facilitar las fotografías que él tenía del ejemplar existente en la Hispanic Society . Tras otras consideraciones sobre libros impresos en Montilla, terminaba así: "Sintiendo mucho no haber podido complacerle y con la seguridad de que Vd. comprenderá las justas razones que tengo para ello, y asegurándole que si alguna vez pretendo deshacerme de libros míos le ofrecería a Vd. ese ejemplar, reciba un cordial saludo".
Aquel bibliófilo murió sin desprenderse de sus libros, cosa que sí hicieron sus herederos, así que el ejemplar solicitado por Manolo llegó a unos anaqueles de libros antiguos, entre otros muchos, para ser vendidos en lotes. El lo encontró en una de sus visitas a esos libreros que sólo le abren la puerta a los escogidos, lo seleccionó en una compra en la que iban otros ejemplares con menos valor (tanto económico como sentimental) y llegó a sus manos lo que durante tanto tiempo había anhelado, si bien con algunos avatares por medio que merecen ser contados por él mismo. Aquel libro ignoraba que su destino era volver a su cuna, Montilla, pero el bibliófilo montillano sí lo sabía. Pienso que por esta anécdota ya merecería el título con el que le ha reconocido este diario. "
He aquí como lo cuenta Jose Luis Casas en su artículo:
"Corría el año 1975, Manolo sabía quién era el bibliófilo que poseía aquel libro, así que ni corto ni perezoso le escribió para manifestarle que estaba interesado en comprárselo. En la contestación, de la que poseo una copia, le respondía de manera elegante: "No constituye ningún atrevimiento en Vd. el preguntarme si quiero desprenderme de ese libro. No tengo intención de hacerlo porque supongo que ya Vd. sabe que soy bibliófilo desde hace muchos años, y con bastante predilección por las obras poéticas o de poesía", y más adelante le decía que quizás le podría facilitar las fotografías que él tenía del ejemplar existente en la Hispanic Society . Tras otras consideraciones sobre libros impresos en Montilla, terminaba así: "Sintiendo mucho no haber podido complacerle y con la seguridad de que Vd. comprenderá las justas razones que tengo para ello, y asegurándole que si alguna vez pretendo deshacerme de libros míos le ofrecería a Vd. ese ejemplar, reciba un cordial saludo".
Aquel bibliófilo murió sin desprenderse de sus libros, cosa que sí hicieron sus herederos, así que el ejemplar solicitado por Manolo llegó a unos anaqueles de libros antiguos, entre otros muchos, para ser vendidos en lotes. El lo encontró en una de sus visitas a esos libreros que sólo le abren la puerta a los escogidos, lo seleccionó en una compra en la que iban otros ejemplares con menos valor (tanto económico como sentimental) y llegó a sus manos lo que durante tanto tiempo había anhelado, si bien con algunos avatares por medio que merecen ser contados por él mismo. Aquel libro ignoraba que su destino era volver a su cuna, Montilla, pero el bibliófilo montillano sí lo sabía. Pienso que por esta anécdota ya merecería el título con el que le ha reconocido este diario. "
Con esta última frase Jose Luis Casas se refiere a que Manuel Ruíz Luque (ver foto adjunta) ha sido nombrado como uno de los córdobeses del año 2007 por el diario Córdoba.
La biblioteca de Manuel Ruíz Luque se compone de más de 20.000 volúmenes, muchos de ellos primeras ediciones e incunables. Posee la mejor biblioteca en todo lo referente a la ciudad de Montilla. Entre otras obras de su biblioteca se pueden destacar:
- Estatutos de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba, impreso en Antequera en 1577
- Constituciones Sinodales del Obispado de Córdoba, impreso en Sevilla en 1525
- Antiguo Principado de Córdoba, de Martín de la Roa, impreso en Córdoba en 1636
- Antigüedad de la Inclita y Patria ciudad de Córdoba, de Juan Félix de Girón, impreso en Córdoba en 1686
- El Arcángel San Rafael, custodio de Córdoba, de Pedro Díaz Ribas, impreso en Córdoba en 1640
- Saludable Introducción al Estado del Matrimonio, de Vicente de Mexía, impreso en Córdoba en 1566. Se trata del primer libro impreso en castellano en la ciudad de Córdoba.
- Panegírico por la poesía, impreso en Montilla, 1627.
Pudiera ser que el último libro de esta lista se corresponda con el libro del que habla en su artículo Jose Luis Casas (?).
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