jueves, 3 de mayo de 2007

Los atlas Blaviana

En estos últimos tiempos están poniéndose de moda los atlas Blaviana y cada día se cotizan más en el mercado de los coleccionistas de libros antiguos. Estos atlas empezaron a confeccionarse por Willem Janszoon Blaeu (1571-1638), un reputado astrónomo y geógrafo holandés que se dedicó a la edición tanto de globos celestes y terrestres, como de atlas, cartas náuticas, etc. En 1629 amplió sus fondos de mapas con la compra de las planchas del atlas de Ortelius. Sus publicaciones más importantes fueron: el Atlantis appendix (1630), Appendix theatri A. Ortelii et atlantis G. Mercatoris (1631) y sobre todo el Novus atlas o Theatrum orbis Terrarum en dos volúmenes (1634-1635).



Novus atlas o Theatrum orbis Terrarum (1635) de Willen Blaeu
(Fuente de la imagen: Wikipedia)

Su hijo Joan Blaeu (1596-1673) se haría cargo en 1636, junto con su hermano Cornelis, de la imprenta de su padre, continuando el Novus Atlas iniciado por su padre, con la publicación de los volumenes de Italia en 1640, de Inglaterra y Gales en 1645, de Escocia e Irlanda en 1654 y de China en 1655; y que precedieron a la que sería la obra más importante: el Atlas Maior (1658-1672), compuesto por varios volúmenes. Se realizaron varias ediciones de este atlas en varias lenguas (en holandés, latín, francés, alemán y castellano) y según la edición el número de volúmenes varía entre nueve y doce. Por ejemplo, la edición en castellano consta de diez volúmenes y está inconclusa, faltando los volúmenes de África y América, porque en 1672 un incendio destruyó la imprenta principal de Joan Blaeu en Gravenstraat.





Portada del Novus atlas o Theatrum orbis Terrarum (1645) de Joan Blaeu
(Fuente de la imagen: Wikipedia)

La evolución de los atlas en el siglo XVII tiene además una interesante historia de competencia entre familias por conseguir triunfar en el negocio de los mapas de aquella época. El iniciador de la saga Blaviana, Willem Blaeu, no había conseguido superar el gran Jodocus Hondius el Viejo, el cual había cosechado un éxito abrumador al publicar el atlas de Gerardus Mercator, el mejor atlas de la época.

Ambas familias continuarían esa rivalidad durante la siguiente generación. El hijo de Willem, Joan Blaeu, lucharía codo con codo con el yerno de Jodocus, Johannes Janssonius, por la hegemonía en el negocio de los mapas. Cuando Blaeu incorporó China a su atlas, Janssonius replicó sacando diez mapas nuevos del Viejo Mundo. Y así se fueron sucediendo las réplicas y contrarréplicas durante dos décadas en las que cada uno incorporó más de 400 mapas a sus respectivos atlas. Lo curioso de esta historia de continua competencia es que ni uno ni otro habían viajado por el mundo, ni habían hecho mediciones, ni habían navegado. Ambos esperaban la llegada a puerto de los navegantes que portaban todas estas informaciones a través de apuntes, dibujos y testimonios que traían de sus viajes. Esto llegaba a ocasionar que se produjesen pujas para obtener manuscritos o cartas que consideraban podrían ser importantes para confeccionar sus mapas. Y tampoco descartaban los plagios y las copias, en una época en la que no existían los derechos de autor, para obtener los mapas.

En 1658 Johannes Janssonius puso en el mercado un atlas innovador, el Novus Atlas absolutissimus, con más de 500 mapas e incluyendo la descripción de los países, ciudades, océanos y cielos. Blaeu no quiso ser menos y contrató a un centenar de tipógrafos, grabadores, encuadernadores y una legión de mujeres y niños para colorear las páginas a mano (aún no existía el color en la imprenta, que vendría en 1800 con la litografía). Con jornadas de 10 horas y con el funcionamiento a pleno rendimiento de las nueve prensas de su imprenta, la más grande de Europa, consiguió que cuatro años después saliera el que sería el mejor atlas en los siguientes cien años, el Atlas Maior, con 600 mapas. La batalla con Janssonius había sido ganada. En la década siguiente se imprimirían de este libro más de cinco millones de páginas, coloreados o sin colorear. De la primera versión se sacaron en cuatro ediciones unos 1.300 ejemplares. Actualmente se conservan en las bibliotecas 129 ejemplares de la edición latina, 84 de la francesa, 59 de la holandesa y 45 de la española.

Más información:



La editorial Taschen ha sacado como novedad del 2006 el facsímil del Atlas Maior de 1665 en varias ediciones, una de ellas con textos en español, italiano y portugués y ¡con 7,5 kilos de peso! (ISBN 978-3-8228-4155-6). El precio es de 150 euros.

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