La Biblioteca Nacional de Perú recuperará gran parte de sus libros expoliados
El pasado 30 de marzo la directora de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile anunció la inminente devolución de los libros sustraídos de la Biblioteca Nacional de Perú durante la Guerra del Pacífico (1879-1884). De hecho, la actual presidenta chilena, Michelle Bachelet, estando en campaña electoral, prometió concretar los gestos de reparación hacia Perú. Tras dos años de negociaciones solo queda concretar entre los gobiernos de Chile y de Perú una fecha para hacer efectiva la devolución de esta magnífica biblioteca.
Hace casi un año el desaparecido diario chileno Siete publicó en exclusiva un reportaje de investigación de Marcelo Mendoza que aportaba un viejo documento oficial chileno en el que aparecía un gran elenco de los libros saqueados de la Biblioteca Nacional de Perú hace unos 125 años. El reportaje completo fue publicado por el diario peruano La República el 24 de abril de 2006 bajo el título “La verdad sobre el saqueo chileno de nuestra biblioteca” y a continuación presentamos un pequeño resumen.
Tras iniciarse la ocupación chilena de la capital peruana, en enero de 1881, el coronel chileno Pedro Lagos eligió como cuartel para sus tropas el palacio de la Biblioteca de Lima. En un principio el coronel no era consciente de que entre sus salas se encontraba la más valiosa colección bibliográfica de Latinoamérica (estimada entre 35000 y 50000 volúmenes, según las fuentes). Un mes después, a raíz de que el coronel tuviera conocimiento del tesoro que allí se albergaba, fue cuando el gobierno central chileno le ordenó que lo expoliase.
El historiador peruano Mariano Paz Soldán en su Narración histórica de la guerra de Chile contra Perú y Bolivia, publicada en 1904, escribe que: "Se cargaban carros con toda clase de libros, que se llevaban a casa de los chilenos y de allí, después de escoger lo que les convenía, el resto lo vendían en el mercado al precio de 6 centavos de libra, para envolver especias y cosas por el estilo".
El saqueo de la Biblioteca de Lima en 1881 se ha mantenido en secreto e incluso ha sido negado por algunos historiadores chilenos. Existe un testimonio de peso que confirma el relato peruano de los hechos. Es la versión de Ignacio Domeyko (ver foto), entonces rector de la Universidad de Chile y quizás el intelectual más importante del país de la época. En su libro Mi viaje, Domeyko se lamenta de que el gobierno le encomienda la misión de clasificar el botín de guerra arrebatado a la Biblioteca de Lima. Califica la misión como "la más desagradable y antipática” y estimaba que habrían llegado a Chile "la mitad de los libros que, de acuerdo a informes fidedignos, poseía la ciudad de Lima". Domeyko quiso dejar un minucioso inventario exigiendo que fuese publicado por el gobierno en el Diario Oficial.
Esta lista ha estado oculta hasta la actualidad, cuando el diario chileno Siete la volvió a sacar a la luz en 2006. Entre el lunes 22 y el miércoles 24 de agosto de 1881 el Diario Oficial de la República de Chile publicó, con el título de Lista de libros traídos de Perú, un informe de 16 páginas con los libros y objetos de ciencia robados en Lima. En ella aparecen unos diez mil volúmenes, muchos de ellos del siglo XVI y XVII, incluidas numerosas joyas bibliográficas universales.
El tesoro bibliográfico fue clasificado en cuatro grupos: obras de historia, literatura y estadística; obras de física, matemática, historia natural y medicina; obras de jurisprudencia; y obras de teología. En el primer grupo se catalogaron 1.105 obras (cifra que se multiplica porque la mayoría de las obras tienen varios volúmenes; por ejemplo, Histoire de l'Academie tenía 100 volúmenes) y 222 manuscritos.
Aunque siempre se intentó negar por algunos historiadores chilenos era bien conocido por mucha gente que la Biblioteca Nacional de Chile poseía los ejemplares del expolio en Lima. Por ejemplo, el historiador Claudio Rolle recuerda que para una muestra bibliográfica de 1989, en homenaje al bicentenario de la Revolución Francesa, tuvieron problemas al exhibir volúmenes de la gran Encyclopédie de Diderot y d'Alembert, porque en su interior había sellos de la Biblioteca de Lima. Al final se mostraron ejemplares abiertos, en páginas donde no había timbre alguno. Así mismo es conocido que numerosos libros de valor se guardan en bóveda porque poseen un sello que reza "Biblioteca de Lima".
En el inventario de Domeyko aparecen, entre otros, los siguientes libros antiguos:
Hace casi un año el desaparecido diario chileno Siete publicó en exclusiva un reportaje de investigación de Marcelo Mendoza que aportaba un viejo documento oficial chileno en el que aparecía un gran elenco de los libros saqueados de la Biblioteca Nacional de Perú hace unos 125 años. El reportaje completo fue publicado por el diario peruano La República el 24 de abril de 2006 bajo el título “La verdad sobre el saqueo chileno de nuestra biblioteca” y a continuación presentamos un pequeño resumen.
Tras iniciarse la ocupación chilena de la capital peruana, en enero de 1881, el coronel chileno Pedro Lagos eligió como cuartel para sus tropas el palacio de la Biblioteca de Lima. En un principio el coronel no era consciente de que entre sus salas se encontraba la más valiosa colección bibliográfica de Latinoamérica (estimada entre 35000 y 50000 volúmenes, según las fuentes). Un mes después, a raíz de que el coronel tuviera conocimiento del tesoro que allí se albergaba, fue cuando el gobierno central chileno le ordenó que lo expoliase.
El historiador peruano Mariano Paz Soldán en su Narración histórica de la guerra de Chile contra Perú y Bolivia, publicada en 1904, escribe que: "Se cargaban carros con toda clase de libros, que se llevaban a casa de los chilenos y de allí, después de escoger lo que les convenía, el resto lo vendían en el mercado al precio de 6 centavos de libra, para envolver especias y cosas por el estilo".
El saqueo de la Biblioteca de Lima en 1881 se ha mantenido en secreto e incluso ha sido negado por algunos historiadores chilenos. Existe un testimonio de peso que confirma el relato peruano de los hechos. Es la versión de Ignacio Domeyko (ver foto), entonces rector de la Universidad de Chile y quizás el intelectual más importante del país de la época. En su libro Mi viaje, Domeyko se lamenta de que el gobierno le encomienda la misión de clasificar el botín de guerra arrebatado a la Biblioteca de Lima. Califica la misión como "la más desagradable y antipática” y estimaba que habrían llegado a Chile "la mitad de los libros que, de acuerdo a informes fidedignos, poseía la ciudad de Lima". Domeyko quiso dejar un minucioso inventario exigiendo que fuese publicado por el gobierno en el Diario Oficial.
Esta lista ha estado oculta hasta la actualidad, cuando el diario chileno Siete la volvió a sacar a la luz en 2006. Entre el lunes 22 y el miércoles 24 de agosto de 1881 el Diario Oficial de la República de Chile publicó, con el título de Lista de libros traídos de Perú, un informe de 16 páginas con los libros y objetos de ciencia robados en Lima. En ella aparecen unos diez mil volúmenes, muchos de ellos del siglo XVI y XVII, incluidas numerosas joyas bibliográficas universales.
El tesoro bibliográfico fue clasificado en cuatro grupos: obras de historia, literatura y estadística; obras de física, matemática, historia natural y medicina; obras de jurisprudencia; y obras de teología. En el primer grupo se catalogaron 1.105 obras (cifra que se multiplica porque la mayoría de las obras tienen varios volúmenes; por ejemplo, Histoire de l'Academie tenía 100 volúmenes) y 222 manuscritos.
Aunque siempre se intentó negar por algunos historiadores chilenos era bien conocido por mucha gente que la Biblioteca Nacional de Chile poseía los ejemplares del expolio en Lima. Por ejemplo, el historiador Claudio Rolle recuerda que para una muestra bibliográfica de 1989, en homenaje al bicentenario de la Revolución Francesa, tuvieron problemas al exhibir volúmenes de la gran Encyclopédie de Diderot y d'Alembert, porque en su interior había sellos de la Biblioteca de Lima. Al final se mostraron ejemplares abiertos, en páginas donde no había timbre alguno. Así mismo es conocido que numerosos libros de valor se guardan en bóveda porque poseen un sello que reza "Biblioteca de Lima".
En el inventario de Domeyko aparecen, entre otros, los siguientes libros antiguos:
- Conciliarum (1534), de Jasonis
- Lexicon arabicum latinum (Leiden, 1653), de Golius
- Los triunfos (1555), de Petrarca
- Crónica de don Juan Segundo (edición gótica de 1543 mandada a imprimir por Carlos V)
- Histoire general de voyages (1747) (17 volúmenes)
- Historia de China (Amberes, 1596), de Juan González de Mendoza
- Obras (1551), de Plutarco
- Del Senado i de su Príncipe (1555), del Padre Madariaga
- Cronica del Rei don Rodrigo (1549, edición gótica de Toledo)
- Encyclopedie del XVIII (35 tomos), de Diderot y D'Alembert
- Arte de navegar (en portugués), de Pimentel
- Justificación histórica de la venida del apóstol Santiago a España, de Toldrá
- Bibliotheca philosophica (1682), de Lipenu
- Compendio de las crónicas... (1628), de Garibay
- Agricultura jeneral (1790), de Antonio de Herrera
- Cronicon Francorum (París, 1603), de Aimondi
- Artes de la Inquisición española
- Las Trescientas, de Juan de Mena
- Biblioteca clásica latina (151 volúmenes), de Lamaire
- Teatro del mundo i del tiempo (1611, libro rarísimo), de Giovanni Galluci
- Historia General del Perú (Córdoba, 1617), de Garcilaso de la Vega
- Imperatum Romanorum (Zúrich, 1559, notables los grabados y la edición)
- Dictionaire d'histoire naturalle (París, 1861, 11 volúmenes), de D'Orbigny
- Cédulas Reales (1563)
- Annales d'ygiene publique (80 volúmenes)
- Cartas pastorales, de Fray Luis de León
- Biblia latina (1550)
- Diccionario español-latino, de Nebrija
Sin embargo, aunque aparecen en el listado de Domeyko, no hay certeza de que todas estas obras permanezcan a día de hoy en la Biblioteca Nacional de Chile.
Más información:
Notas de prensa sobre la recuperación de libros saqueados durante la Guerra del Pacífico
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