De boxeador a librero
La librería del Negro Páez –así es conocido– está en Pedro Moncayo 1522 entre Colón y Sucre, no tiene nombre. No encuentra el adecuado aún. En esos 4 metros de ancho por 11 de fondo hay miles y miles de libros y revistas. Todos los siete días llegan ejemplares que compra a los carretilleros ambulantes. Afuera en rumas y en cartones están los recién adquiridos que restaura y luego clasifica. Adentro los libros están sobre mesones y estanterías que van hacia el fondo. Aparentemente no hay un orden, más parece la laberíntica biblioteca de Babel, aunque Páez asegura que sabe cómo ubicar los libros que le solicitan sus clientes. Lo cierto es que por su carácter de libros usados los precios son tres veces más económicos que en otras librerías.
Pero no siempre fue así. Hace 18 años, Ferny Páez comenzó con un tendido sobre el portal de Colón y 6 de Marzo. “Buscando cómo mantener a mi familia me encontré con este negocio”. Primero tuvo que vender los libros de su biblioteca personal, y ahora los adquiere en la cercana cachinería donde al mediodía llegan los carretilleros ambulantes.
Hace seis años alquiló el actual local. Reconoce que al inicio no era amante de la lectura. “Poco a poco fui interesándome, descubriendo cosas y me di cuenta de que había estado con los ojos vendados”.
Ahora sus antiguos guantes de boxeo cuelgan de uno de los tantos estantes de la librería como un combativo recuerdo de Ferny Páez, el boxeador felizmente noqueado por los libros.
Texto extraído de la noticia aparecida en el diario El Universo.
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